Sueño Americano, pesadilla bursátil.

J.C. Malone
NUEVA YORK.- Un puñado de dólares pagaba el inicial y un crédito “razonable” conseguía la hipoteca para comprar casa. Los pagos mensuales durante años, más la plusvalía del inmueble, eran la alcancía familiar. Cuando vendían, adquirían otra vivienda mejor, aumentando sus expectativas de ganancias futuras y destinaban una suma respetable al ahorro.
Esa fue la esencia del “Sueño Americano” que las compañías hipotecarias prostituyeron, sobrevaluando los inmuebles y reduciendo las tasas de interés para colocar préstamos más altos. Fue como inyectarle esteroides al “Sueño Americano”. El mercado lucía grande, hermoso, apetecible, accesible y sólido. Mucha gente tomó prestado lo que no necesitaba, comprometiéndose a pagar lo que no podía. Los bancos incautaron muchísimas propiedades por falta de pago, y aparecen compradores, dejándo la liquidez bancaria estancada en inmuebles sobrevaluados. Los estadounidenses se atrasaron pagando sus mensualidades, derrumbando el valor de futuros hipotecarios y derivados en los mercados bursátiles mundiales.
La Junta de la Reserva Federal primero inyectó billones en la banca, luego redujo la tasa de interés interbancario. Después le prestó otros billones a los cinco bancos principales a la tasa reducida. Relanzar el mercado inmobiliario demandará sincerizar los precios de las propiedades, reducir las tasas de interés y revisar los criterios crediticios. Bastante gente perdió propiedades y crédito; más de dos millones renovarán sus hipotecas entre el otoño y la primavera. Evitarles la insolvencia es un imperativo pre-electoral.
Falta el dinero de pagar hipotecas, quizá, porque sacaron más de $600 mil millones de la economía, enviándolos a Irak. Como las hojas en otoño, los precios de las propiedades están cayendo, eso pasó en 1932 durante la famosa depresión. Devaluar el “Sueño Americano” y convertirlo en pesadilla bursátil mundial es el último “daño colateral” de esta guerra. Al conflicto y su crisis crediticia, no se le vislumbra final cercano.