miércoles, 31 de diciembre de 2008

Los Clinton en Dominicana

J. C. Malone





NUEVA YORK.- Unos neoyorquinos estábamos hastiados del alcalde Rudy Giulliani; los otros aterrorizados con su amenaza de convertirse en nuestro senador, sustituyendo a Daniel Patrick Moynahan. Eso hubiese sido un pecado en todas las religiones que discrepan armoniosamente en nuestra ciudad.

Era final del verano del 98 cuando el huracán George arrasó con San Pedro de Macorís; entonces Sammy Sosa era el personaje más popular de EEUU. Su fama ocultó la historia de Bill Clinton, Mónica Lewinsky, el cigarro y las felaciones.

Los fanáticos del béisbol y de Sammy enviaron donaciones para los damnificados. Rudy planeaba arrancar su campaña senatorial junto a Sammy, en San Pedro, y envió furgones de ayuda humanitaria para presidir los repartos con el jonronero. Por “coincidencia” la primera dama, Hillary Clinton, llegó luego del embarque, antes que Rudy. Los damnificados necesitaban asistencia con urgencia. Y ella, la figura estadounidense más relevante en tierra dominicana, repartió junto a Sammy la buena voluntad de su pueblo: donaciones de fanáticos del béisbol y contribuyentes neoyorquinos.

Hillary dio su primer jonrón político en la tierra de los jonroneros. Y todos ganamos. Los damnificados consiguieron la ayuda, ella llegó al Senado, y los neoyorquinos, gracias a Dios, salimos de Rudy.

Fue sobre los cañaverales petromacorisanos que Hillary abrió sus alas por primera vez, volando sola en el firmamento político. Fue en el sudeste dominicano que los Clinton se reconciliaron después de Mónica. También habrán encontrado nuevos amigos.

Hillary comenzó su carrera política y reconectó su matrimonio entre los cañaverales de la industria azucarera dominicana, que privatiza sus ganancias, socializando la vergüenza del maltrato dispensado a los haitianos. Ella ejecutará la política exterior del primer negro presidente estadounidense, no la dirigirá. Eso debe quedar claro. Hubo un cambio significativo en Washington, el trato que reciben los haitianos también debe cambiar.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Caroline tras la antorcha

J. C. Malone.

NUEVA YORK.- En diciembre pasado Oprah Winfrey reunió a 80 mil personas para Barack Obama en un estadio de South Caroline, comprometiendo el voto afroamericano. En el enero siguiente Caroline Kennedy escribió un artículo en The New York Times apoyando a Obama, asegurándole los votos de su familia al igual que de otras blancas y negras. En febrero ambas mujeres salieron juntas por varios Estados buscando votos de todos los colores.

Este diciembre Obama es presidente electo y Caroline aspira a ser designada senadora de Nueva York, sustituyendo a Hillary Clinton, que renunciará para ser secretaria de Estado. A Obama le agradaría que el gobernador de Nueva York, David Patterson, designara a Caroline. Los Kennedy, como políticos experimentados, empezaron la negociación ofreciendo que si la designan, costearán su campaña del 2010, economizándole al Estado US$50 millones. Sonó como sinfonía para el gobernador ciego, que anda con una podadora recortando presupuestos, enfrentando la crisis actual.

Caroline cuenta además con el importante apoyo del influyente alcalde Mike Bloomberg, con quien Patterson tiene excelentes relaciones. Ella no tiene experiencia administrativa, lo que aumenta su “sex-appeal” para la posición. Obama tampoco la tiene: votando por él rechazamos “la vieja experiencia”.

Hija del asesinado presidente John F. Kennedy, Caroline es abogada, escritora y promotora educativa. Hillary convirtió su escaño senatorial en una conquista femenina. Patterson, el gobernador demócrata, difícilmente designe a un hombre, contra la historia, la voluntad de Obama, de Bloomberg y los Kennedy. Eliminados los varones, quedan pocas mujeres capaces de hacerle sombra. Su tío Ted, el último Kennedy en el senado, tiene 75 años y cáncer cerebral. Caroline anda tras la antorcha de relevo para mantener viva la leyenda Kennedy.

Parece seguro que ella será designada. Vivimos, sin embargo, tiempos de “alta inseguridad” para “lo más seguro”. En diciembre pasado lucía “seguro” que Hillary sería presidenta.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Un nuevo pacto latinoamericano

J.C. Malone.

NUEVA YORK.- Latinoamérica es el principal suplidor de cocaína e inmigrantes indocumentados en Estados Unidos. Esas dos actividades son importantes en la economía regional. Una tercera fuente de apoyo económico latinoamericano ha sido Hugo Chávez. Con todos sus bemoles, él garantiza la estabilidad económica de Cuba, Argentina, Bolivia y Nicaragua.

Sumando a Venezuela, México, Colombia, Brasil, Perú, y Ecuador, Latinoamérica suple al menos un tercio del petróleo que consumen los estadounidenses. Nuestros pueblos no disfrutan el dinero del petróleo. Sin Chávez, las drogas y las remesas de los inmigrantes, Latinoamérica completa hubiese colapsado hace tiempo.

Por alguna razón Washington ilegaliza o antagoniza nuestras principales fuentes de ingresos. Lo único más “idiótico” que la fracasada guerra contra las drogas, es la guerra contra los inmigrantes, iniciada con la construcción del muro fronterizo. Las políticas unilaterales de Washington sobre drogas e inmigración han resultado en resonantes fracasos. Si los inmigrantes y las drogas salen de Latinoamérica, ninguna “solución” que excluya a la región tendrá futuro. El pasado lo demuestra.

Puerto Rico lleva más de un siglo de indefinición: ni Estado de la unión, ni nación independiente; los boricuas no son americanos ni latinoamericanos, sino ambas cosas, o talvez una tercera para la que todavía no tenemos nombre. La crisis económica facilitará definir el estatus de la isla, que perdió su importancia estratégica, pero sigue costando unos US$15 mil millones anuales. Vivimos tiempos de drásticos recortes presupuestarios.

El embargo contra Cuba es la estrella que corona el arbolito de Navidad de las idioteces estadounidenses en Latinoamérica. Debe terminar ya. Necesitamos un plan urgente y real, con auténtica voluntad política apoyada con dinero y acciones para detener el deterioro progresivo de la situación en Haití.

Latinoamérica también espera cambios en todos sus pactos, internos y externos; no podemos esperar más, hemos esperado bastante.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Brillando en la oscuridad

J. C. Malone
NUEVA YORK.- “Es la economía, estúpido”, decían los papelitos amarillos pegados en las paredes, sobre la computadora, las veía parado frente, o sentado al sanitario. Quería mantener el foco de la estrategia: Explotar la dificultad económica causada por el gobierno de George Bush padre, así ganó Bill Clinton en 1992, pero la estrategia no era suya, sino de un sujeto llamado James Carville.

El fue la primera estrella entre los consultores políticos, un grupo de astros que brilla en la oscuridad, a la sombra de los grandes líderes. Carville no ocupó posición en la Administración de Clinton alegando que ningún gobierno respetable emplearía a un estratega político. Después asesoró a Tony Blair y líderes; hoy es el comentarista calvo de CNN.

Para reelegirse Clinton contrató a Dick Morris, manteniéndose ese “centro vital” de la política, ni izquierda ni derecha sino todo lo contrario. Morris colapsó en un escándalo de prostitución, pero Clinton ganó.

Bush padre echó a Karl Rove de su campaña del 92, pero Bush hijo lo contrató como su estratega en el 2000. Dicen que Rove inventó calumnias raciales contra John McCain. Con Bush refugiado en su imagen de estúpido, Rove cobró más prominencia y poder que ningún otro estratega político. Conocido como “el cerebro” del presidente, Rove le otorgó poder político con la ultraderecha cristiana en el gobierno Bush. Estuvo en la Casa Blanca hasta hace poco, ahora es comentarista de Fox News.

La última estrella brillante en ese firmamento de las sombras políticas es David Axelrod. Un especialista en venderle candidatos negros a los votantes blancos, él dirigió la campaña de Obama, parió y mantuvo firme la propuesta ganadora: “cambio y esperanza”. Obama lo designó su asesor en la Casa Blanca. Manejar la crisis financiera, económica, general y global, requiere un mantener delicado balance político.

martes, 2 de diciembre de 2008

Economía y fe

JC. Malone - 12/2/2008

NUEVA YORK.- El elemento más aterrador en toda esta crisis financiera es el consenso entre los economistas sobre la forma de resolverla. Todos coinciden en que imprimir cuantos billetes bancarios sean necesarios para dárselos con muy poquitas condiciones a los banqueros que crearon el desastre, es la única salida. Con muchísimo dinero de por medio, como ahora, el apoyo a las decisiones puede depender más del poder del dinero mismo que de ninguna otra consideración.

Cuando los economistas coinciden todos perdemos. El Fondo Monetario Internacional (FMI) es un buen ejemplo. El FMI lleva más de medio siglo con una sola camisa de fuerza para todos, pero pese a múltiples ajustes y reestructuraciones, nadie ha podido usarla efectivamente. Esta crisis nació del “Consenso de Washington” y su “desregulación” de los mercados financieros. Los neoliberales llegaron al “final de la historia” con ínfulas mesiánico-fundamentalistas. Dividieron el mundo entre ellos y los “estúpidos” que se les oponían.

Los economistas y los brujos tienen cosas importantes en común. Ambos viven obsesionados con el futuro y toman decisiones “para ver” cómo lo afectan. Los primeros definen la “confianza” como vital para el mercado; para los segundos la “fe” es central. Los brujos, desde luego, son más inofensivos porque sus decisiones afectan a menos personas que las de los economistas.

Los únicos economistas que “están bien” son los gobernadores de los bancos centrales, el gabinete económico oficial y los del partido de gobierno. Ah, también los hijos de ricos que aún no logran quebrar los negocios de sus familias. Nosotros sabemos que los economistas nunca saben lo que hacen, ¿O sabían que nos metían en este problema?

Ayer aseguraron que no terminaríamos aquí, hoy aseguran que saben cómo sacarnos, pero demandan “confianza”. Y si la cuestión no funciona, ellos son inocentes, culpemos nuestra poca “fe”.

martes, 25 de noviembre de 2008

Obama inicia el cambio

JC. Malone - 11/25/2008

La victoria suele “marear” a mucha gente, pero el presidente electo Barack Obama demuestra que su caso será diferente. El ensamblaje del gabinete indica que su estrategia central es construir un amplio consenso nacional en el que todos los participantes tengan razones personales y políticas para apoyarlo.

Hillary Clinton como secretaria de Estado es una movida genial. Ella está entre las personas más admiradas y respetadas del mundo. Esas dos características son esenciales para el trabajo de limpiar la imagen internacional estadounidense. Ella tiene una gran oportunidad como delegada de la Casa Blanca en el extranjero.

El presidente Harry Truman es famoso por el bombardeo de Hiroshima y Nagasaki. Lo mejor de su administración, el Plan Marshall, no lleva su nombre, sino el de su secretario de Estado George Marshall. Otro “supersecretario de Estado” fue Henry Kissinger. Y por esas rarezas del sistema político estadounidense, el presidente le renuncia al secretario de Estado, como hizo Richard Nixon.

Durante las primaras Hillary dijo que no se reuniría con los líderes de Siria e Irán, ahora quizá tendrá que hacerlo. Los políticos profesionales se alimentan tragándose sus propias palabras.

Designarla como secretaria de Estado demuestra buen juicio político porque construye consenso y mantiene un rival importante lejos, pero siempre bajo su estricto control.

Obama le ofreció a John McCain apoyar su propuesta de reforma migratoria, para que entre a la historia como autor de una gran reforma legal. La Ley McCain-Kennedy sustituirá a la Simpson-Rodino. Aquí Obama resolverá una prioridad nacional, ampliando su consenso hasta incluir al ex candidato republicano; y complace al senador Ted Kennedy, sin pagarle, porque le debe muchísimo a esa familia.

Un presidente mulato, un judío gerente de la Casa Blanca y una mujer secretaria de Estado muestran que arrancó el cambio que tanto necesitamos y esperamos.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Ya no somos pobres

J.C. Malone - 11/21/2008

NUEVA YORK.- La crisis financiera evoluciona de formas tan espectaculares, que su última manifestación es una crisis global de identidad corporativa y personal. Comenzó con Goldman Sachs y Morgan Stanley, únicos “sobrevivientes” de Wall Street que como delincuentes de películas cambiaron de identidad. Ahora son “Bank holding companies” y “manejan” bancos.

La crisis de identidad corporativa saltó del sector financiero al industrial. General Motors, Ford y Chrysler ahora dicen que son “instituciones financieras”. American Express, la principal compañía de tarjetas de créditos del planeta, se “transfiguró”: ahora es un banco comercial.

Esta “transformación espiritual” nace de la codicia; quieren su parte en la piñata de US$700 mil millones que el gobierno inyectará en el mercado financiero. Todos están reverentemente alineados esperando su ración de golosinas, como católicos esperando la ostia de la comunión.

La transformación de AmEx parece una alerta de tsunami en el mercado de las tarjetas de crédito. Pronto sabremos cómo responderán Visa y Master Card.

El secretario del Tesoro Hank Paulson anunció otras transformaciones, porque ya no comprarán “activos tóxicos”: seguirán adquiriendo acciones en los bancos como hicieron en Inglaterra. Los banqueros británicos se comprometieron contractualmente a prestar el dinero antes de recibirlo. Aquí no hubo obligación, algunos bancos lo usaron para adquirir otros bancos y pagar jugosos dividendos con cargos al erario.

Las personas comunes y corrientes, vulgares y silvestres, sufrimos una fuerte transformación. Todos los contribuyentes hoy somos accionistas de bancos y compañías de seguros. Experimentamos la última mutación en esta crisis de identidad y transformación global. Ahora somos una nueva “élite financiera” sin participación en dividendos, por eso seguimos viviendo como cuando éramos pobres. Ayer prestamos US$700 mil millones para pagar malas apuestas bancarias, mañana prestaremos mucho más, los pobres no pueden hacer eso. La pobreza también mutó, ahora es un simple estado mental.

martes, 18 de noviembre de 2008

El cambio de Obama

JC. Malone - 11/18/2008

NUEVA YORK.- Bill Clinton obtuvo 44 millones de votos, pero Bush padre, Ross Perot y Pat Buchanan sumaron 59 millones. Había más gente “en contra” que “a favor” de Clinton, quién conquistó el 43 por ciento, mientras sus oponentes lograron el 57 por ciento del electorado. Por eso evitó enfrentamientos e inventó fórmulas para complacer a todo el mundo, obsesionado con ese “centro vital” de la política estadounidense. Clinton sabía que no tenía mandato popular, por eso siempre negoció.

Bush hijo obtuvo 50 millones de votos; Al Gore y otros candidatos sumaron 54 millones. Bush tenía el 47 por ciento, más que Clinton, y se le oponía un 52, no el 57 por ciento contra Clinton. Bush pasaba de la impopularidad a la irrelevancia, pero el 11 de septiembre unificó al país apoyándolo. Para el 2004 obtuvo 62 millones de votos, aumentó sus votaciones de 47 a 50 por ciento, sus opositores se redujeron de 52 al 49 por ciento. Y Bush gobernó como si tuviese un gran mandato popular.

Contra Barack Obama votaron 59 millones, y 66 millones en su favor. El país repitió la votación del 2000. Ayer el 52 por ciento de los votos fueron demócratas; sólo el 47 por ciento era republicano. Hoy el 52 por ciento votó por Obama, el 47 por ciento en contra, otorgándole el mandato popular que nunca tuvieron ni Clinton ni Bush. Y asumirá el gobierno en una crisis que, bien manejada, puede aumentar su popularidad.

Obama tiene mandato popular, legitimidad y la buena voluntada del planeta para introducir algunos cambios que todos esperamos. En él se unen oportunidades y posibilidades, todo dependerá de sus habilidades para implementar cambios significativos esperados.

Como político profesional es seguro que Obama decepcionará a muchos, pero también puede cambiar muchas cosas. Ya compramos su oferta electoral. Ahora esperamos el cumplimiento de las promesas.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Cerrando el agujero negro

JC. Malone - 11/14/2008

NUEVA YORK.- Entre los principales aportes del presidente Bush a la antología de la infamia, la devaluación humana y el derecho pre-jurásico, está el “Centro de Investigación Guantánamo”. Es una versión evolucionada del infierno de Dante, la Bastilla francesa y el Gulag soviético. Extirpar esa tumoración del ordenamiento internacional contemporáneo está entre las prioridades iniciales del presidente electo Barack Obama.

Ningún ser humano debe considerarse libre en un mundo donde funcione Guantánamo, el perfecto adefesio moral, político y judicial. En ese agujero negro entre los códigos, el tiempo, el espacio, la historia y la conciencia humana, hay unos 200 hombres cumpliendo una cadena perpetua secreta y no declarada. Su “arresto-condena” fue decidido por un secreto comandante, por razones tan secretas como las evidencias para mantenerlos en “interrogación”. Entre ellos hay honestos e inocentes padres de familia. Obama libertará a una parte y enviará otros a cortes criminales o tribunales militares.

Según Bush estos individuos no pueden ser liberados ni juzgados en corte alguna porque son muy peligrosos. El “razonamiento” parece ser, si hay algo “racional” en todo esto, que los recluidos en Guantánamo son una subespecie evolucionada de un tipo de delincuente humano. Ellos cometieron, pensaron cometer o pueden cometer delitos tan horrendos que no están condenados en ningún código del mundo, por eso no hay jueces capaces de juzgarlos. El destino ineludible de esos parroquianos será pudrirse en Guantánamo hasta que “evolucionemos” como especie y sociedad para desarrollar códigos y jueces que puedan juzgarlos.

Guantánamo, el “Departamento de Seguridad Interna” y la “Guerra Contra el Terrorismo”, son hijos legítimos de la fornicación ilegítima entre la Iglesia y el Estado. Nacieron del concubinato entre fundamentalistas cristianos y ultraderechistas políticos que controlaron la administración Bush. Cerrar Guantánamo inicia el desmantelamiento de toda esa estructura del horror y el sin sentido.

martes, 11 de noviembre de 2008

Bala de plata almibarada

JC. Malone - 11/11/2008

El presidente Bush derrotó a John McCain dos veces con las mismas armas, tácticas y estrategias. Combinando miedo, divisionismo, asesinato de reputaciones, calumnias y extremismo ideológico le ganó las primaras republicanas del 2000. Usando y abusando las mismas técnicas Bush fue reelecto, desgastándolas y desacreditándolas en su segundo período. Ganando como conservador moderado, gobernando como ultraderechista descarado.

Como conservador independiente y moderado McCain fue el aspirante presidencial republicano más potable, pero eso no le aseguró la candidatura. Se entregó a los ultraderechistas fundamentalistas cristianos, quienes empujan la bipolaridad al extremismo, aceptan entrega total, o enfrentamiento abierto. “Con nosotros o con los terroristas”, es la evolución del viejo, “conmigo o contra mí” o “con Dios (yo) o con el Diablo (ellos)”.

Los ultraderechistas del fundamentalismo cristiano son un “grupúsculo”, menos del 10% del electorado estadounidense. Como grupo, sin embargo, eran la maquinaria más activista y militante conocida, hasta que Barack Obama armó la suya. Casándose con el pasado que llevó y mantuvo a Bush en el poder dos veces, McCain escogió a Sarah Palin como candidata vicepresidencial.

Con Palin como nueva estrella en el firmamento republicano los votantes moderados huyeron de McCain y, simultáneamente, comenzó el descalabro en Wall Street. Tomado por sorpresa, el viejo soldado mantuvo hasta donde pudo la lealtad a Bush y a sus políticas, perdiendo los pocos votos moderados que le quedaban.

Cuando quiso sacudirse ya era tarde. Bush terminó lo que su padre dejó inconcluso en Irak; enviando a sus estrategas para que remataran a McCain, “desde adentro”, porque lo dejaron con vida en el 2000. McCain recibió su Caballo de Troya con brazos abiertos, entregándoles el control de su campaña. El tiro de gracia que mató al viejo político de Arizona, el último disparo del pistolero tejano, fue una bala de plata almibarada.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Bush, debut y despedida

J. C. Malone - 11/7/2008

NUEVA YORK.- El cadáver de un marine arrastrado por las polvorientas calles de Mogadisciu, Somalia, fue una humillación para las fuerzas armadas estadounidenses. Y ocurrió iniciado el gobierno de Bill Clinton, demostrando que el joven gobernador de Arkansas era “inepto e incapacitado” para defender al país, a sus militares y su honor. En Somalia habían muchísimos frentes de batalla y la única misión de los Marines era convertirse en blanco del ataque de todas las facciones en pugna.

El ex presidente Bush demostró más honor y principios que su hijo. Y envió tropas a Somalia exactamente 44 días antes de entregarle el poder a Clinton, sólo para ensuciarle el agua. Y lo logró. Bush hijo cometerá nuevas tropelías en sus últimos días.

Legalmente no puede cambiar reglas “económicas significativas” después del 20 de noviembre, ni producir “otros cambios” después del 20 de diciembre. Bush padre, considerado “decente” envió las tropas a Somalia el 9 de diciembre. Bush hijo legalizó las torturas, convirtió a Guantánamo en símbolo judicial estadounidense y la vergüenza de Wall Street en ejemplo de su capitalismo.

¿Cómo se despedirá?
La buena noticia es que pronto terminaremos ocho años de ineptitud antológica, consistente y disciplinada. Bush desprotegió a New Orleans y a sus damnificados del huracán Katrina. Bin Laden sigue suelto, Irak resultó un desastre y Afganistán es una nueva amenaza. La implosión financiera fue el pelo que le rompió el lomo al camello. Por eso, y lo que falte, recordemos a Bush no como un hecho histórico, sino como una pesadilla espantosa.

Los casi 60 días camino al cambio de mandos pueden ser particularmente difíciles; la noche siempre es más oscura justo antes del alba. Bush entró arrebatando el poder en una trifulca que latinoamericanizó la política estadounidense. Quien mal debuta, y peor actúa, difícilmente se despida bien.

martes, 4 de noviembre de 2008

Nerviosismo racial

JC. Malone - 11/4/2008

NUEVA YORK.- Ganar el tercer gobierno del mismo partido es difícil para cualquiera. Bill Clinton terminó con 70% de aprobación, pero los demócratas perdieron. George W. Bush sale con 71% de rechazo. John McCain la tiene difícil. El candidato republicano tiene 71 años, y promueve ideas increíblemente más viejas que él, empeorando su posición. Este viejo soldado intenta una especie de “misión imposible”, luchando en condiciones adversas, contra un formidable producto-candidato: Barack Obama.

Cuando los republicanos se desgastan, hasta un muerto les gana. Al ex procurador general, John Ashcroft, un candidato que murió poco antes de las elecciones le ganó la senaduría de Missouri en el 2000.

Escapar de la pesadilla Bush cuanto antes y a cualquier precio, es la primera prioridad del electorado. La economía y los impuestos siguen en orden. Obama le lleva a McCain 21 puntos en las preferencias electorales para manejar la economía y 14 en materia impositiva. En 30 estados que permiten votación anticipada, la mayoría de los votantes son demócratas y acudieron masivamente a votar. Quedan lugares como Ohio, Pensilvana, Missouri y Florida, con votantes “indecisos”, inclinándose contra McCain.

Obama lleva la delantera pero, como en esta campaña cayeron todos los pronósticos, nadie asegura que ganará. Las elecciones lucen “reñidas” porque Obama es negro, si fuera blanco ya hubiese ganado de calle. Y McCain ha dado una admirable muestra de honor y gallardía al no manipular el racismo en su campaña. Todavía hay quienes creen que a muchos blancos, trancados en las casetas de votaciones, el racismo les impedirá elegir un negro. Por eso el triunfo de Obama será la primera gran derrota del racismo mundial, obligando a replantear todas las relaciones raciales en el área de influencia estadounidense. Por eso los racistas del planeta están nerviosos.

viernes, 31 de octubre de 2008

Racistas contra Obama

JC. Malone - 10/31/2008

NUEVA YORK.- Con sus cinco estrellas y muchísimas medallas de honor, coraje y valor, Colin Powell confesó que por miedo a los racistas no se postuló a la presidencia. Tras pelear en varias guerras, le teme más a los racistas estadounidenses que a las balas enemigas. Los oficiales de su rango manejan informaciones fidedignas: sus temores estarán muy bien fundados.

Se ignora si Barack Obama tuvo coraje como Boy Scout, y no maneja las informaciones que maneja Powell, pero lanzó su candidatura y va camino a la presidencia. Ahora el FBI arrestó a dos mozalbetes con varias armas planeando asesinarlo. Daniel Cowart, de 20 años, y Paul Schlesselman, de 18, presuntamente admitieron que también planeaban matar a otros 102 negros. Son supremacistas blancos que ven hasta al gobierno federal como un “enemigo”.

Un negro presidente sería una alianza entre “enemigos”, apocalíptica para los neonazis, que ellos tratarán evitar a cualquier precio. Los mozalbetes dijeron estar dispuestos a morir por matar a Obama. Los fundamentalistas tienen fuertes convicciones. Como Timothy McVeigh, ejecutado en el 2001 por asesinar a 168 personas al hacer estallar un edificio de oficinas públicas en Oaklahoma City en 1995. Ese año hubo una gran infamia. Susan Smith estremeció al mundo denunciando que sus dos hijos fueron secuestrados por un negro alto y fuerte. Luego confesó que mató a sus dos hijos tirándolos a un lago dentro de un auto.

Hoy, hace exactamente 13 octubres, el mismo negro alto y fuerte atacó a Ashley Todd, blanca, de 20 años, en Pittsburgh, Pensylvania. Y le “tatuó” una “B” (de Black) en la mejilla “estampándola” como propiedad de negros cuando gane Obama. Luego Todd, una voluntaria en la campaña de John McCain, como Smith, confesó haber inventado la infamia.

Las huestes racistas parecen responden siempre al mismo de grito guerra, hoy como ayer.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Obama, raza e inmigración

JC. Malone - 10/29/2008
NUEVA YORK.- Barack Obama resulta un candidato superfascinante, es como un novedoso político tridimensional. Hijo de un inmigrante negro y una mujer blanca, es blanco, negro e inmigrante, pero su estatura política se debe a que inspira y conquista el voto blanco. Eso se explica en su historia personal: lo crió la familia de su madre.

Su éxito politico descansa en su habilidad de esconder, negar o simplemente ignorar dos partes esenciales de su vida. Su raza negra y su origen migratorio. Las cuestiones migratorias y raciales siguen ausentes en sus discursos. Obama está al frente en las preferencias electorales sin tocar esos temas; no los mencionará porque podrían añadir posiciones conflictivas a su propuesta conciliadora.

Si aceptamos el ascenso de Obama como una cuestión racial, estaríamos admitiendo el fracaso implícito del estamento politico blanco y nadie está dispuesto a decir tal cosa.

Parece, sin embargo, que entre Obama y John McCain existe un pacto sagrado, no firmado, ni acordado verbalmente, pero fielmente cumplido, de no mencionar inmigración o racismo. Y pretenden, como todos los politicos perdidos en sus estrechos laberintos electorales, que los temas simplemente no existen si ellos no lo mencionan.

Los candidatos respetarán su pacto, la población no. En toda conversación política se discuten las ventajas, desventajas, posibilidades o imposibilidades de que un negro sea presidente. Mantener en silencio sus planes sobre relaciones raciales y migratorias es la estrategia o el precio pagado por el hijo de un inmigrante negro que busca la presidencia.

Quizá eso signifique que sólo la “parte blanca” de Obama entrará a la Casa Blanca, la negra y la migratoria no. Su sola llegada al poder cumple la más importante de todas sus promesas: cambio. Nada seguirá igual. Las situaciones raciales y migratorias también cambiarán. Ojalá mejoren, y no lo contrario.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Habrá un nuevo mundo

JC. Malone - 10/22/2008

NUEVA YORK.- Los símbolos y declaraciones reafirman que asistimos al final de una era y el inicio de otra. Francia pidió que Naciones Unidas organice una conferencia económica global para diciembre. Buscando mantener liderazgo, el Presidente Bush se adelantó y propuso celebrarla aquí poco después de las elecciones.

Nicolás Sarcozy, el presidente francés, y el presidente de la Unión Europea, José Manuel Barroso sostuvieron una cena privada con Bush en el retiro presidencial de Camp David. Al final Barroso salió diciendo que “necesitamos un nuevo orden financiero global”. Sarcozy advirtió que “no podemos seguir las mismas líneas, porque los mismos problemas dispararán los mismos desastres”.

Y Bush, repentinamente convertido al multilateralismo, demandó acciones conjuntas contra la crisis: “estamos en esto juntos” dijo. Pidió preservar los “fundamentos del capitalismo democrático, el libre mercado, la libre empresa y el mercado libre”. El presidente estadounidense tiene una nueva función, ahora es vocero y defensor de los países pobres. Según Bush, para que la cumbre sea exitosa, deben aceptar buenas ideas de todo el mundo, y un vocero de la Casa Blanca dijo que se contempla invitar a China, la India y otras naciones en desarrollo.

El sistema que ahora colapsa en una crisis crediticia se basaba en crédito. Quien tenía “buen crédito” pertenecía una “raza financiera superior”, tenía todas las puertas abiertas. Los demás eran “parias”. Sarcozy advirtió que no podemos seguir esas líneas. ¿Qué cosas nuevas propondrá?.

La conferencia de Breton Woods, New Hampshire celebrada en 1944, durante la Segunda Guerra Europea, estableció el sistema monetario y financiero internacional actual. Estados Unidos encabezó esa cumbre. Tendremos una Cumbre de perdedores en casa del gran perdedor, Estados Unidos perdió su posición de líder financiero mundial. En noviembre Washington entregará el control de las finanzas mundiales, en lo adelante, habrá un nuevo mundo.

martes, 14 de octubre de 2008

Gran debate final

JC. Malone - 10/14/2008

John McCain nunca estuvo arriba de sus oponentes en las primarias republicanas, pero ganó la nominación. Cualquiera pensaría que podría dar otra sorpresa en las elecciones presidenciales. Las razones que le dieron la candidatura republicana, sin embargo, le harán perder las elecciones: el país difícilmente vote por el candidato de la ultraderecha.

Hasta hoy Barack Obama va arriba y, lo más importante, no está dormido en los laureles del triunfo. Sus activistas hacen un arqueo electoral nacional, peinando el país casa por casa, buscando y asegurando cada voto de puerta en puerta.

Estar arriba ahora no significa gran cosa, porque faltan tres semanas para las elecciones y esa es toda una eternidad en política. Recuérdese que Dios tardó siete días para armar el mundo. ¿Qué no harán un grupo de diablos, quise decir políticos, con 21 días para manipular recursos del poder en su favor?

En tres semanas se arma y desarma el mundo. Las últimas dos semanas siempre son las decisivas en todos los comicios. Esta situación es más volátil; ningún candidato tiene gran ventaja sobre el otro, porque ellos representan sólo dos de cuatro fuerzas que convergen en las elecciones. Las otras dos son el presidente Bush, a quien no le importa que McCain gane o pierda, y los Clinton, que no quisieran el triunfo de Obama.

Elegiremos a uno de dos candidatos bastardos porque ninguno es hijo legítimo de su élite partidaria. Con esas variantes en consideración, y recordando al más famoso filósofo neoyorquino de todos los tiempos, citado varias veces por Bush, nadie debe cantar victoria todavía.

“It isn’t ver until it’s over” dice el gran Yogi Berra, (el partido) “no se acaba hasta que se acabe”. Comenzamos una larga y decisiva cuenta regresiva, en tres semanas serán las elecciones, el gran debate final.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Sin final visible

JC. Malone - 10/8/2008

NUEVA YORK.- Lo que comenzó con unos clientes morosos que no pagaron sus hipotecas a tiempo, ahora es una crisis trascendiendo el mercado inmobiliario y los mares. Las finanzas europeas, asiáticas y mundiales están envueltas en esta tormenta que ya infectó al sector público y altera la política neoyorquina.

Los acontecimientos se precipitan y cambian en altísima velocidad. Hace una semana, cuando el presidente Bush buscaba los US$700 mil millones, hablando de “urgencia” y “emergencia”, los consiguió y ahora nos pide tener “paciencia”. Los bancos y compañías de seguro asiáticos y europeos colapsan y son nacionalizados, como ocurrió aquí. Esta crisis arropa al planeta porque las finanzas son como el sistema nervioso central de la economía: sus problemas se reflejan en todo el organismo.

El estado de California tiene un Producto Bruto Interno (PBI) equivalente a la octava economía más grande del mundo. Y acaba de pedirle al Gobierno Federal unos US$7,000 millones para financiar su flujo de caja y manejar sus operaciones diarias. Massachusetts está igual y el gobernador de Nueva York, David Patterson, busca dinero para cubrir déficits presupuestarios.

El alcalde neoyorquino, Michael Bloomberg, augura que perderemos 120 mil empleos, y que vivimos una situación de “emergencia”. En este momento él no podría “darle la espalda” a la ciudad. Cambiará la constitución municipal, que prohíbe reelegirse más de dos veces, para repostularse otra vez. En esencia, Mike se “sacrificará” por nosotros, quedándose cuatro años más en la alcaldía, porque de acuerdo con él y sus seguidores, “no hay nadie más”.

Todavía esto no golpea al tercer mundo de manera frontal, quizá se combinará con la hambruna previamente anunciada. Los derrumbes en los precios del petróleo hacen que los “expertos” económicos, los mismos que nos metieron en este problema, aseguren que este es sólo un inicio, sin final visible.

martes, 7 de octubre de 2008

“Señor, ten piedad”

JC. Malone - 10/7/2008

NUEVA YORK.- El presidente Bush “jondeó” el Mercedes Benz de la familia por un barranco, como hizo el hijo de un siquiatra amigo mío, y se sentó a cenar sin disculparse. Estamos a pie y él asegura que será “mucho peor” si le negamos US$700 mil millones “urgentemente” para “tratar” de reparar el auto. Bush es el presidente estadounidense más trascendente: dividió la historia en AB (Antes de Bush) y DB (Después de Bush).

En AB los presidentes ganaban elecciones libres y transparentes. En DB Bush “ganó” entre dudas y acusaciones de fraude, confirmado por jueces designados por su padre, no por votantes. Nos atacaron el 9-11 y Bush acusó a Osama bin Laden y lo ubicó en Afganistán. Luego decidió que Saddam Hussein nos amenazaba con armas terribles, invadió Irak y no encontró nada, pero dijo que Hussein era peligroso. Lo colgaron. Matando al enemigo mató su justificación. Con Hussein muerto y Bin Laden suelto, Bush sigue gastando US$1,000 millones diarios en Irak porque lo contrario, advierte, “sería mucho peor”.

Más de un millón de familias estadounidenses desalojadas por banqueros especuladores viven en calles y parques. Bush necesita US$700 mil millones para “rescatar” a esos banqueros. Aportaremos US$10,000 por cabeza, incluidos los desalojados, de lo contrario estarán “mucho peor”.

Si una mitad de la lógica DB resulta tortuosa, la otra es incomprensible. Estos ocho años fueron como avanzar en una noche oscura, bajo un aguacero torrencial, conduciendo un auto viejo, caprichoso y disfuncional. Cerrando las ventanas apagamos el limpiavidrios; encendiendo el radio apagamos las luces delanteras, y pisando el freno aceleramos, pero ahí vamos, lo contrario “sería mucho peor”.

Mi amigo y su familia pasaron muchísimo trabajo con ese muchacho. Nos quedan al menos cuatro meses con Bush; otras cosas pueden pasar. Nosotros, como ellos, debemos orar: “Señor, ten piedad”.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Bush nos salvará

JC. Malone - 10/1/2008


NUEVA YORK.– La historia de la administración Bush se escribirá con muchas referencias numéricas. El ataque terrorista es 9-11. Lehman Brothers, Merill Lynch y todo Wall Street colapsaron el 9-14. Ahora tenemos nuevas cifras. El 9-29, Bush fue derrotado en el congreso 228-205, ahí perdió los US$700,000 millones que busca y el índice bursátil Dow Jones se desplomó 777 puntos. Eso significó US$1.3 trillón en pérdidas adicionales. Quizá su más urticante número son los 133 republicanos que votaron contra el “rescate” financiero.

Sabemos que Bush perdió credibilidad con los demócratas, pero ahora resulta que también la perdió con los republicanos. Ellos siempre votaron por su presidente de manera firme y en bloque, pero ahora “le sacaron los pies”. Y Bush depende de los demócratas para alcanzar sus objetivos. La campaña electoral empeora las cosas. Más que soluciones reales a la crisis, cada grupo intenta pescar en río revuelto; son políticos, no podemos esperar otra cosa de ellos. Los demócratas deben mantener un balance delicado. Extender la crisis lo suficiente para que el país sienta los efectos del desastre económico de Bush, sellaría la derrota republicana.

Extenderla demasiado, sin embargo, podría afectarlos negativamente y guardarle a Barack Obama una economía colapsada. Muchos legisladores votaron contra el proyecto con sobradas razones, ellos irán a sus distritos a empujar sus campañas reeleccionistas, tienen muchísimos votantes sin hogar, desalojados por banqueros especuladores. Ellos no pueden pedirle a esa gente su voto y el dinero que no tienen, para rescatar a sus verdugos-banqueros.

Bush habló otra vez el martes, y cada vez asusta menos, no tiene nada que decir ni que arriesgar, no le queda reputación ni legado para defender. Los legisladores tienen elecciones que ganar en cinco semanas. En breve Bush conseguirá sus US$700 mil millones para “salvarnos” del Apocalipsis financiero inminente

martes, 30 de septiembre de 2008

El colador de Bush

El colador de Bush
JC. Malone - 9/30/2008

Hasta hace poco el presidente Bush y su secretario del Tesoro, Hank Paulson, decían que la economía estaba “fundamentalmente sólida”. Ahora dicen que si no le damos “urgentemente” una piñata de US$700,000 millones para distribuirlos a discreción, con inmunidad absoluta, mañana será el Apocalipsis.

Sufrieron un cambio radical. Cuando decían que todo estaba “fundamentalmente bien”, “reprendían” las influencias “diabólicas” del Estado en la economía; ahora reclaman exactamente eso. Ayer mintieron, o hablaron por ignorancia. Darles esa suma, incondicionalmente, a quienes fallaron en prevenir o advertir esto, es una mala idea.

Aquí sólo hay miedo y “urgencia”. El plan tiene más agujeros que un queso suizo; es como un colador, o red de pescador. Si los US$700,000 millones cubrirán los “malos activos” de Wall Street, ¿Cuánto valen sus “buenos activos”? Nadie habla de eso.

Si las palabras y conversiones resultan sospechosas, los números no cuadran. Dicen que los US$700,000 millones cubrirán las “urgencias” financieras de dos años. En los últimos seis meses gastaron US$315,000 millones entre Bear Stearn, Fannie Mae, Freddie Mac y AIG. A ese ritmo, estos US$700,000 millones “sólo” cubrirán 12, no 24 meses.

A esta gente sólo le queda cuatro meses de gobierno y Paulson admitió ante el Senado que no utilizará todo el dinero en ese cuatrimestre. El Congreso les dará la mitad de lo que piden, sujeto a fiscalización y supervisión estricta. Bush habló para explicarnos cómo las pesadillas se convertirán en realidad, si no lo complacemos, pero pocos se asustaron.

Quizá dijo toda la verdad y nada más que la verdad, pero andamos como en el cuento del lobo. Tantas falsas alarmas consumimos que vendrá el lobo y nos comerá a todos. Moriremos de miedo o comidos por el lobo, no aceptaremos dos muertes, nadie sobrevivirá esta vida.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Bush siempre gana

Bush siempre gana
JC. Malone - 9/25/2008





NUEVA YORK.- Estamos atrapados otra vez en su viejo juego de miedos y urgencias. Así funciona la cuestión: Bush crea las crisis, luego nos impone vértigo y presión, responsabilizándonos del desastre que sus políticas provocarán si no lo complacemos. Añadiendo su disfunción conductual pasivo-agresiva a un sistema político en extremo disfuncional, Bush fundó una escuela de pensamiento y práctica política con ocho años de éxitos documentados.

Después del 9-11 seríamos exterminados con armas biológicas, químicas y nucleares, si no renunciábamos a nuestras libertades civiles. El Congreso aprobó, de “urgencia”, el “Acta Patriótica”. Cualquier legislador opuesto sería “antipatriótico”.

Luego Bush decidió que Saddam Hussein nos atacaría. La secretaria de Estado Condoleezza Rice mencionó “la nube del hongo (nuclear)”; de “urgencia” el Congreso autorizó invadir. Con soldados empantanados en Irak, Bush demanda US$1,000 millones diarios: negárselos sería abandonar a las tropas en el frente. Ningún congresista haría eso.

Bush eliminó las regulaciones financieras asegurando que todo estaba “fundamentalmente bien”; ahora colapsó. Ya gastó US$315,000 millones y quiere otros US$700,000 millones más, de “urgencia”, para resolver el problema que él creó. Oponiéndonos causaremos la debacle que él “lucha” por evitar.

Su secretario del Tesoro, Hank Paulson, con voz ronca, profunda y pausada, como don Vito Corleone, demanda aprobarle una piñata de US$700,000 millones. “Sin quitarle, ni ponerle nada”, dándole poderes absolutos e inmunidad total para distribuirlos; ninguna corte o agencia administrativa nunca podrá cuestionarlo al respecto. “Sólo” demanda poderes dictatoriales. Oponiéndonos provocaremos el Apocalipsis.

Esta será el “Acta Patriótica Financiera”. Los legisladores terminarán aprobándolo. Ambos candidatos lo “apoyan”, temen recibir un gobierno con Wall Street roto. Bush sacará el colapso financiero de la campaña electoral, porque afecta a la boleta republicana, pero nos costará US$700,000 millones. Claro, esa suma sólo “retrasará” la debacle; evitarla y manejarla será responsabilidad del próximo gobierno.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Redención en Wall Street

Redención en Wall Street
JC Malone - 9/23/2008





NUEVA YORK.- Su familia proveía tiendas de campaña y otros servicios al ejército romano, como Halliburton. Y Saulo privatizó parte de la misión militar, formando escuadrones de la muerte, o “contratistas privados de seguridad” como les llaman hoy, para matar cristianos. Aunque no pagaban tanto, él mataba muchos y le iban muy bien. Pero un día, un rayo lo tumbó del caballo, quedó ciego, y vio a Jesús. Cambió su nombre por Pablo, amó a Cristo, se convirtió en apóstol del cristianismo, se redimió camino a Damasco.

Iniciando su gobierno, sobre los escombros de las Torres Gemelas, Bush asumió su presidencia como un mandato divino. Tras ocho años denunciando y eliminando las regulaciones “diabólicas” del mercado financiero, Bush se redimió en Wall Street como Pablo camino a Damasco. Ahora nacionaliza bancos y reclama regulaciones oficiales.

Su conversión fue tortuosa; empezó odiando a Fidel Castro y Hugo Chávez, terminó imitándolos. El lunes 8 nacionalizó Fannie Mae y Freddie Mac, los gigantes hipotecarios, pagando US$200,000 millones. Proclamó el fin de las nacionalizaciones, ratificándolo el lunes 15 al permitir la quiebra de Lehman Brothers. El martes nacionalizó al gigante asegurador AIG, pagando US$85,000 millones.

Ahora pide US$700,000 millones para una especie de secretaría de “Nacionalización Financiera”. Sumándole los US$285,000 millones de las últimas semanas y los US$30,000 millones de Bear Stern, costará más de un billón de dólares. Ese diezmo demanda Bush, como “sumo sacerdote” del nuevo evangelio nacionalizador y regulador.

Nunca disfrutamos las ganancias del capital financiero, pero todos pagaremos sus pérdidas. Bush combina el capitalismo y el socialismo para resolver la crisis actual. Usar nuestro dinero, incluido el de quienes perdieron sus casas, para compensar a los banqueros expropiadores, privatiza las ganancias y socializa las pérdidas. El nuevo evangelio bushiano redimirá al mundo, pero primero a Wall Street.

Caen torres financieras

Caen torres financieras
J.C. Malone - 9/19/2008




NUEVA YORK.– La semana pasada el gobierno salvó de la quiebra a Fannie Mae y Freddie Mac, dos gigantes hipotecarios. El lunes, dos torres financieras se derrumbaron en Wall Street y el Dow Jones perdió más de 500 puntos, su peor día después del 9- 11. Quizá lo recordemos como 9-15.

Lehman Brothers, el cuarto gigante financiero nacional con 158 años de operaciones, acumuló más de US$613,000 millones en deudas tóxicas; resultó un mal negocio a cualquier precio: colapsó. Aún caía Lehman cuando Merrill Lynch, el tercer gigante, se entregó a Bank of America en una venta “caliente”. Y American International Group (AIG), el gigante asegurador, coquetea con el colapso.

Dick Fuld, el jefe de Lehman, y John Thain, de Merrill, eran considerados los tipos más brillantes de Wall Street. Tenían ingresos anuales multimillonarios, como arquitectos del crecimiento ilimitado: La especulación sin regulación produjo esta debacle. Ken Lewis, el jefe de Bank of America, es un ex canillita elevado a mago financiero, consagrado como el oportunista más exitoso, descarado y cínico de Wall Street. Públicamente “negociaba” para comprar Lehman, pero con esa “negociación” ocultaba que se tragaba a Merrill; es su segunda compra oportunista del año, primero adquirió Country-Wide Financial pagando centavos por dólar.

Vivimos la peor crisis financiera desde la depresión de 1929; ignoramos cuánto durará, cuántos bancos más colapsarán y nadie puede detenerla. Esta gente complicó y abusó tanto del sistema financiero que entenderlo, para arreglarlo, requiere combinar secretos de hechiceros y científicos de la NASA. Viene una crisis crediticia general y con tarjetas de crédito en particular. La industria automotriz se desploma, mientras aumenta el desempleo, y las refinerías petroleras de Texas son golpeadas por el huracán Ike. Para los pesimistas vivimos el peor momento posible; los optimistas sabemos que se pondrá mucho peor, antes de mejorar. jcmalone01@aol.com

Otros bancos quebrarán

Otros bancos quebrarán
JC Malone - 9/17/2008





NUEVA YORK.- Antes de caer Lehman Brothers y de la venta “caliente” de Merill Lynch, la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) rindió un informe aterrador. Reveló que las ganancias de la banca comercial cayeron de US$37,000 millones a US$5,000 millones en un cuatrimestre. Y espera que 117 bancos colapsen en un año. Por eso creó un fondo de US$50,000 millones para repagar depósitos que se perderán en las quiebras proyectadas.

Disipando dudas sobre la seriedad de sus pronósticos, la FDIC anunció que aumentará la prima que le cobra a los bancos para asegurar los depósitos. Explicó que casi se descapitaliza pagándole a los ahorrantes de bancos quebrados. Sólo en IndyMac, el californiano colapsado en julio, la FDIC pagó más de US$19,000 millones. Y necesitará más recursos para pagos futuros.

La FDIC sólo asegura depósitos de hasta US$100,000 en la banca comercial. Nadie le puso mucha atención a su anuncio, porque salió el 27 de agosto, cuando estábamos muy ocupados siguiendo la convención demócrata.

Hoy la principal Asociación de Ahorros y Préstamos del país, Washington Mutual (WaMu), tiene un lugar prominente en la lista de bancos en problemas, seguido por Wachovia y otros 115. Cada día se rumoran varios nombres como los próximos bancos a colapsar.

Los pronósticos del FDIC no incluyen los bancos de inversiones ni corredores de valores de Wall Street que se derrumban desde inicios de esta semana.

Todo esto comenzó como una crisis hipotecaria y permeó el sistema financiero completo, expandiéndose al resto de la economía. Esta crisis financiera tiene consecuencias funestas en la industria y el comercio, porque afecta de manera directa la oferta crediticia.

En medio de esta tormenta sólo sabemos que no sabemos cuánto durará, ni cuáles serán las consecuencias que todos pagaremos por la especulación de unos pocos.

Exclusión de la inmigración

Exclusión de la inmigración
J.C. Malone - 9/16/2008





Los hispanos votaremos por Barack Obama y John McCain, aunque excluyeron nuestro tema migratorio del debate electoral y convenciones partidarias. Nadie merece nuestro voto ignorando nuestras preocupaciones.

McCain, entregado en cuerpo y alma a la derecha, reniega su propio proyecto de ley que legalizaría a 12 millones de indocumentados. Está opuesto a sus propias ideas para garantizar votos derechistas. Su nueva propuesta migratoria es sencillísima: redadas, deportaciones y frontera amurallada. Apoyando la amnistía, Obama asegura la mayoría del voto hispano, pero aliena muchísimos votantes blancos de Pennsylvania, Ohio y otros estados bien reñidos. Para él esos votantes son importantísimos. Obama dice que bregará con inmigración “en algún momento antes del final” de su primer gobierno. Cree que estamos obligados a apoyarlo.

Quizá termine sorprendido. McCain no muestra “coraje e independencia”, ni hará nada resolver el tranque migratorio, porque los republicanos necesitan indocumentados aportando mano de obra barata en sus negocios. Nada cambiará porque todos se benefician de la indefinición. Obama no plantea ningún “cambio en el que podamos creer”, ni hará nada por resolver la crisis migratoria, pese a que los indocumentados de hoy son votantes demócratas mañana. El año pasado la inmigración era centro de la discusión nacional. Este año electoral es tema vedado por su alta radioactividad.

Con el silencio cómplice de los candidatos mucha gente muere cruzando la frontera, a otros los asesinan ultraderechistas fundamentalistas anti-inmigrantes. Tenemos cientos de leyes estatales y municipales criminalizando a los indocumentados y a quienes les renten viviendas. Ciertas policías municipales conducen redadas migratorias callejeras. Así gobierna Bush tras ganar las elecciones agarradito de manos con Vicente Fox, prometiendo amnistía; creó una Gestapo migratoria, criminalizó la migración y levantó un gigantesco muro fronterizo. Tomando esa historia reciente en consideración, quizá sea mejor que nadie nunca prometa nada sobre inmigración.

Tránsfugas contra Obama

Tránsfugas contra Obama
J.C. MALONE - 9/12/2008





NUEVA YORK.- Aquí tenemos curas pedófilos, evangelistas homosexuales, drogadictos y desfalcadores. Llegó nuestra última versión de prostitución religiosa: un rabino tránsfuga.

El senador de Connecticut es Joe Lieberman, el rabino candidato vicepresidencial de Gore; en el 2004 no alcanzó la nominación presidencial demócrata. En el 2006 perdió su nominación senatorial y, apoyado por Bill Clinton y el presidente Bush, ganó como “independiente”.

Los republicanos vivieron la transfiguración en su convención, con denuncias propias de oposición. Prometiendo “cambios” desde el gobierno para retener el poder, intentan desaparecer como realidad y renacer como fantasía.

“¿Qué, después de todo, busca un demócrata como yo en una convención republicana como ésta?” se preguntó Lieberman, cuestionando su transfuguismo con severa insinceridad. Vive la crisis de identidad de los tránsfugas perdidos en su laberíntico transfuguismo; públicamente se define “demócrata”, legalmente es “independiente”. “Estoy aquí para apoyar a John McCain, porque el país es más importante que el partido”, se respondió.

Los tránsfugas son patriotas rabiosos. Los vendidos a Leonel Fernández actuaron “por la patria”. Debiéndole su escaño a Clinton y a Bush, autodefinido “demócrata de corazón”, Lieberman no está con Clinton “apoyando” al candidato demócrata. Está con Bush; contra Obama.

Tránsfugas de altísima insignificancia, sin inteligencia ni imaginación, como el asambleísta dominicano Adriano Espaillat, pretenden apoyar a Obama promoviendo a Hillary; él esconde su foto entre las de ellos. Ella no es candidata y “apoya” a Obama: ¿Por qué quitarle protagonismo?

Los Clinton nunca están donde dicen estar y pocas veces están donde ellos mismos creen estar. Intentando estar con Dios y el diablo, Bill inventó la “triangulación”, disfrutando la satisfacción de satisfacerlos a ellos, como los buenos amantes.

Quizá muchos blancos “obamistas” votarán con sus genes, por quien se parece a sus abuelos.

Los tránsfugas trabajan contra Obama y ellos siempre deciden las elecciones.

Batman: Oscuro caballero bushista

Batman: Oscuro caballero bushista
J. C. Malone - 9/6/2008





Desde el 9/11 sospecho que vivimos atrapados en un paquito de Batman. Porque nuestro “enemigo”, como el suyo, es una amenaza tan elusiva como constante. La administración Bush se pasó ocho años haciendo lo que quiso, en nombre de su “guerra contra el terrorismo”. Todos sus desmanes quedan justificados en la última película de Batman, “El oscuro caballero”. Es pura propaganda bushista.

Un chico muy malo huye a Hong Kong, y no existe tratado de extradición. Batman, como “contratista privado de seguridad”, va a Hong Kong, secuestra al chico y lo trae a Ciudad Gótica para que enfrente a la justicia. El tipo, como José K. en “El proceso de Kafka”, y los prisioneros de Guantánamo, nunca ve a un juez. Bush lleva unos ocho años secuestrando supuestos terroristas, y almacenándolos donde se les antoje. “El oscuro caballero” justifica eso que el Pentágono llama “Rendición Extraordinaria”.

El departamento de Policía de Ciudad Gótica arrestó al Guasón; Batman dirige el “interrogatorio”. Golpeó, abusó, maltrató y torturó al prisionero. Bush legalizó torturar a “terroristas”.

El Guasón pide respeto a su derecho de hacer una llamada telefónica, marca un número y detona varias bombas. Bush les niega ese derecho a los “terroristas” prisioneros.

El Guasón escapa de la cárcel y amenaza con nuevos ataques. Para localizarlo intervienen 30 millones de teléfonos celulares en Ciudad Gótica. La administración Bush intervino los teléfonos de más de 30 millones de estadounidenses.

Los paquitos nacieron como instrumentos de manipulación político-ideológica. Ariel Dorfman y Armand Mattelart lo explicaron en los 70 en su clásico “Para leer al Pato Donald”. Luego Umberto Eco, en “Apocalípticos e Integrados”, profundiza esos conceptos. Leí a Batman durante mi niñez, pero su quinta película me cansó. Volveré al cine a verlo, sólo si su próxima producción lleva como título “El Guasón mató a Batman”.

Apostando a la estupidez

Apostando a la estupidez
JC Malone - 9/3/2008





Es normal que los políticos hagan y digan estupideces. El presidente Bush, sin embargo, merece crédito por haber asumido, sublimizado y glamorizado la estupidez. John McCain, el candidato republicano, sigue esa escuela. “No requiere mucho talento que le derriben a uno el avión. Yo fui capaz de interceptar un misil tierra-aire con mi propio avión”, bromeó McCain.

Repite lo que funcionó para Bush, usa los mismos estrategas y las mismas armas. Tras la reelección de Bush en el 2004, un diario londinense se preguntó: “¿Cómo pueden 59 millones de personas ser tan estúpidas?” Sencillo, los afroamericanos se identifican con Obama y los estúpidos, la mayoría en todas las razas, se identifican con quien asuma su estupidez honestamente. Asumiendo su estupidez con gallardía y sentido del humor, Bush logró que muchísimos estúpidos reeligieran a “uno de suyos”. Hipólito Mejía ganó apostando a la estupidez. Abdallah Bucarán, el redentor de los estúpidos, tuvo la mala suerte de ser tan estúpido que lo defenestraron.

Según Facundo Cabral, su abuelo le temía a los pendejos porque son demasiados. Con ellos se ganan las elecciones y una licencia para gobernar estúpidamente. La estupidez asumida convierte en fortaleza lo que debía ser una debilidad, desarmando al oponente y sumando muchísimos votos.

McCain manipula sus 72 años cometiendo muchísimas incoherencias perdonables a cualquier abuelo. El secreto de su poder, como el de Samson, está en la cabellera, sus canas inspiran confianza, nadie desconfía de sus abuelos o bisabuelos.

Eso explica en parte la solidez de su candidatura pese a la fascinación que causa Barack Obama.

Burlándose de su vejez y resabios, McCain aprovecha las técnicas de Bush; pero no ganará sin alejarse de Bush. Al Gore intentó separarse de Bill Clinton usando las técnicas de Clinton, pero el intento fue tan estúpido que perdió.

Obama en cuenta regresiva

JC Malone - 8/29/2008
Finalizada la convención, Barack Obama tiene 68 días para cumplir tres tareas fundamentales. Debe presentarse ante el electorado; fuera del partido no es tan conocido como debe ser un ganador. Debe reasegurar la unidad partidaria y el apoyo decidido de la maquinaria Clinton. Debe explicar con claridad cómo resolverá la crisis económica, y cómo y cuándo sacará a las tropas de Irak. Fallar en cualquiera le costará las elecciones.
La primera noche de la convención estuvo dedicada a explicar quién es el sujeto. El emblemático senador Ted Kennedy lo definió entre muchas otras cosas, como el portador de la antorcha en la nueva generación. Luego su esposa Michelle pintó un retrato muy humano y familiar del candidato.
El martes en la noche Hillary Clinton se ocupó de dos cosas. “Debemos unirnos como un solo partido, con un solo propósito”, dijo reclamando unidad partidaria. Y fustigó la política económica de Bush. Ella se encargó de reafirmar a McCain como la continuación de Bush. Elegir a McCain, alertó, sería un tercer período de Bush. Los Clinton fracasaron en su intento de tener un tercer período; parece que decidieron sabotear el intento de los Bush. Cuando habló aceptando la candidatura, Obama tuvo que atar algunos cabos sueltos, como elogiar la gestión Clinton para reafirmar el apoyo de ese clan. Personalmente él ha sido parco en ese sentido.
Y tendrá que establecer con clara precisión, cómo resolverá la crisis económica, y cómo retirará las tropas de Irak. Afortunadamente para él su consigna: “Sí se puede” encierra las dos cosas que el país busca: cambio y esperanza.
Sólo debe explicar cómo lo hará.
La tarea es tan inmensa como corto el tiempo, y Obama también enfrenta los imponderables de la política y la amenaza latente del racismo. Su cuenta regresiva ya empezó.

El turno de Obama

J.C.Malone - 8/26/2008
Barack Obama, el hijo de una blanca de Kansas y un inmigrante negro de Kenya, recorrió una travesía impresionante para ser candidato presidencial estadounidense. Y puede ser el primer presidente que no se parece a ninguno de los próceres honrados en billetes bancarios. Él vivió varios años de su infancia en Indonesia asistiendo a escuelas musulmanas, comiendo perros, saltamontes y culebras, entre otras exquisiteces que su padrastro le daba.
Su estrella asciende cuando el país está cansado del liderazgo político completo. Los demócratas del Congreso tienen, increíblemente, una tasa de rechazo mayor que el presidente Bush.
Esta nación fue fundada sobre una economía esclavista y hasta hace 44 años los votos de los negros eran casi nulos. Un candidato presidencial negro fascinando al electorado, parece magia. Obama derrotó a la maquinaria partidaria Clinton y aprovechó la muy nueva revolución informática para promover el viejo mensaje de los derechos civiles, políticos y económicos de los años 60.
Su consigna “Sí, se puede” fue levantada por el líder méxico-americano César Chávez en los 60. Él organizó a los trabajadores agrícolas migrantes y declaró un boicot a las plantaciones de uva, logrando humanizar sus condiciones de vida e ingresos. En un estadio ante 70 mil personas, Obama hablará en el 40 aniversario del famoso discurso en el que Martin Luther King dijo “Yo tengo un sueño”. Obama demostrará que Chávez tenía razón, “Sí, se puede”, y que el sueño de Luther King pronto será realidad.
Obama es un orador fascinante, sin duda pronunciará un discurso memorable e inspirador. Con 46 años, sin logros ni experiencia administrativa que mostrar, nos hablará de su hermosa visión del futuro y del mundo maravilloso que construirá.
Con crisis económica y guerras, Obama tendrá que explicarnos con claridad qué cambios introducirá para devolvernos la esperanza perdida.

McCain escoge a Palin

McCain escoge a Palin
J.C. Malone - 9/5/2008





Como todo hombre de 72 años que se respete, John McCain es un viejo terco. Le cogió con llevar a Joe Lieberman, un rabino tránsfuga de Connecticut como candidato vicepresidencial. Lo convencieron de que asegurar que un judío o un negro llegue a la Casa Blanca era mala idea. Y “entró en razón” a regañadientes, como hacen los viejos cuando no se salen con las suyas.

Refunfuñando y resabiado, escogió a la gobernadora de Alaska Sarah Palin como candidata vicepresidencial. Militante fervorosa de la derecha cristiana, dicen que ella habla en lenguas en los cultos pentecostales. Y que se echa la teta derecha a un lado para apoyar la culata del rifle en sus prácticas de tiro.

Fue reina de belleza.
Robert Rosen, autor del best seller internacional “Nowhereman, los últimos días de John Lennon”, afirma: “Nadie es reina de belleza sin mostrarle aun sean los senos a por lo menos un fotógrafo”. Bob sabe lo que dice; trabajó largos años en la industria de la pornografía. Y se pregunta: “¿Cuando publiquen las fotos de Sarah Palín desnuda, (eso) ayudará o perjudicará a la boleta republicana?

Dicen que toda la experiencia de Palin en política exterior viene de que viajó al extranjero una vez. Cindy McCain, la esposa del candidato, refuta esa afirmación recordando que Palin es gobernadora de Alaska y esa “es la parte de nuestro continente más cercana a Rusia”.

La convención republicana se reorganizó, no sólo por el huracán Gustav, sino también porque toda la plataforma política de McCain cambió con Palin. Sacaron la inexperiencia de Barack Obama de la agenda porque Palin, increíblemente, tiene menos.

Quizá todo este asunto dejó de tener interés para McCain, desde que le impidieron llevar al compañero de boleta que él quería. Muchos septuagenarios son así de caprichosos.

Un chofer desgraciado

J.C. Malone - 8/13/2008
Gracias a su llamada “guerra contra el terrorismo”, George W. Bush disfrutó siete años de libertad total, irrespetando la Constitución estadounidense y el sistema jurídico internacional. “Garantizando la seguridad” su administración secuestró, torturó y encarceló indefinidamente a quien quiso. Cientos de miles de muertos en Irak y Afganistán, y una cantidad alucinante de billones de dólares después, finalmente celebra un “triunfo importante”.
Tuvimos la primera audiencia en los tribunales militares de Guantánamo, ese agujero negro en el tiempo, el espacio y todos los sistemas legales posibles. El “juicio”, como era de esperarse, fue en extremo curioso. Los jueces recibieron “órdenes” de condenar al prevenido. Las evidencias y los testigos se mantuvieron bajo estricto secreto en este misterioso proceso.
Al final, Salim Ahmed Hamdan, chofer de Osama Bin Laden, fue condenado a cinco años y medio de prisión. Como lleva casi seis años preso, en diciembre podría quedar libre, pero la administración Bush asegura que es un sujeto “extremadamente peligroso” y lo retendrá preso indefinidamente como “combatiente enemigo”.
Hamdan es el chofer más desgraciado del mundo y Bin Laden el villano más afortunado. El chofer de Adolfo Hitler, Erich Kempka, pasó dos años preso, lo liberaron y murió de viejo en su cama. El chofer de Il Duce, Benito Mussolini, Ercole Boratto, escribió un libro sobre la vida sexual de su jefe. El capitán Zacarías de la Cruz murió en su cama muchísimos años después del generalísimo Trujillo.
Condenar al chofer con Bin Laden suelto parece un contrasentido, pero es coherente con la política bushiana. Antes de buscar a Bin Laden en las montañas afgano-paquistaníes, Bush decidió invadir Irak, que no tiene relación alguna con el fundamentalista islamita, ni con terrorismo. Pronto podrían arrestar al perro del vecino de Saddam Hussein: pudo haberle movido la colita al dictador.

Días difíciles de Obama

J.C. Malone - 8/8/2008
En el mercado electoral Barack Obama es mejor producto-candidato que John McCain. El candidato republicano blanco no tiene formas de alcanzar al demócrata descendiente de africano. La campaña de McCain tiene una sola opción; como su candidato no crecerá, deben forzar un decrecimiento de Obama. Por encima del descrédito de los republicanos y la popularidad de los demócratas, Obama le lleva menos de diez puntos a McCain. Una buena campaña de descrédito puede cerrar esa brecha y voltear los asuntos a favor de McCain.
La maquinaria propagandística-des-informadora y calumniadora más efectiva del país es republicana. Ellos tomaron a John Kerry, un veterano de guerra condecorado por su valor y senador con varios años de experiencia, y lo pintaron como un cobarde pusilánime e indeciso. A Bush, que nunca fue ni boy scout, lo pintaron como un héroe y comandante militar capaz de defendernos. Obama carece de experiencia legislativa y militar, también cambia de posición con tanta frecuencia como cualquier político en campaña.
Con la cercanía de las elecciones, los improperios y vituperios contra Obama serán más virulentos; como en los juegos de video, mientras más cerca del final, más complicados y agresivos son los obstáculos.
En menos de 90 días serán las elecciones del 4 de noviembre, los ataques más potentes y demoledores vendrán en octubre. McCain, eclipsado por Obama, desaparecerá voluntariamente del escenario y, desde las sombras, bombardeará.
En un comercial sugieren que Obama carece de sustancia, que es un Paris Hilton o un Britney Spears de la política, y juntan su imagen con las de ellas. Pronto crearán un ambiente de tanta incertidumbre a su alrededor, que hasta él dudará de su propia identidad e intenciones. Y todavía falta hablar de la “seguridad nacional”. Obama inicia la cuenta regresiva hacia unos días bien difíciles.

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