lunes, 8 de diciembre de 2008

Brillando en la oscuridad

J. C. Malone
NUEVA YORK.- “Es la economía, estúpido”, decían los papelitos amarillos pegados en las paredes, sobre la computadora, las veía parado frente, o sentado al sanitario. Quería mantener el foco de la estrategia: Explotar la dificultad económica causada por el gobierno de George Bush padre, así ganó Bill Clinton en 1992, pero la estrategia no era suya, sino de un sujeto llamado James Carville.

El fue la primera estrella entre los consultores políticos, un grupo de astros que brilla en la oscuridad, a la sombra de los grandes líderes. Carville no ocupó posición en la Administración de Clinton alegando que ningún gobierno respetable emplearía a un estratega político. Después asesoró a Tony Blair y líderes; hoy es el comentarista calvo de CNN.

Para reelegirse Clinton contrató a Dick Morris, manteniéndose ese “centro vital” de la política, ni izquierda ni derecha sino todo lo contrario. Morris colapsó en un escándalo de prostitución, pero Clinton ganó.

Bush padre echó a Karl Rove de su campaña del 92, pero Bush hijo lo contrató como su estratega en el 2000. Dicen que Rove inventó calumnias raciales contra John McCain. Con Bush refugiado en su imagen de estúpido, Rove cobró más prominencia y poder que ningún otro estratega político. Conocido como “el cerebro” del presidente, Rove le otorgó poder político con la ultraderecha cristiana en el gobierno Bush. Estuvo en la Casa Blanca hasta hace poco, ahora es comentarista de Fox News.

La última estrella brillante en ese firmamento de las sombras políticas es David Axelrod. Un especialista en venderle candidatos negros a los votantes blancos, él dirigió la campaña de Obama, parió y mantuvo firme la propuesta ganadora: “cambio y esperanza”. Obama lo designó su asesor en la Casa Blanca. Manejar la crisis financiera, económica, general y global, requiere un mantener delicado balance político.

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